• Poemas
  • Relatos breves
  • Artículos
  • Nav Social Menu

    • Correo electrónico
    • Facebook
    • Instagram
    • Pinterest
    • Twitter

Alicia Dominguez

  • Inicio
  • Bio
  • Libros
    • Memorial a Ellas
    • Viaje al centro de mis mujeres.
    • El verano que trajo un largo invierno.
    • La culpa la tuvo Eva
  • Blog
    • Artículos
    • Relatos breves
    • Poemas
  • Noticias
  • Contacto
Usted está aquí: Inicio / Poemas y Relatos Breves / Un frasco de gozo

Un frasco de gozo

Poemas y Relatos Breves

2 May

Y sin saberlo, en esa hora furtiva en la que la oscuridad es ya irreversible, un hombre y una mujer, no importa sus nombres, ella, él, simplemente ellos, abrieron un frasco de gozo. Al instante, el pequeño espacio que habitaban, apenas cuatro metros cuadrados con una cama como campo de batalla y dos cuerpos como armas de construcción masiva, se inundó de un delirante aroma a deseo. Y ya todo fue rodando…
«Yo no quería abrir este frasco», fue lo último que se dijo ella momentos antes de convertirse en un pulsar girando vertiginosamente y atrapando en su irrefrenable movimiento pasado, presente y futuro; plenitud y contrición; vida y muerte; alegría y llanto…
«Yo no podía abrir este frasco», se dijo él poco antes de embriagarse de ese cuerpo rumboso, principio y final de todo, que se derretía entre sus manos urgentes.
En la penumbra de ese espacio infinito y profundo como la eternidad, se palparon con unas ansias perentorias; se mordieron con una fruición salvaje y casi virginal. Con los ojos cerrados y las manos abiertas, se exploraron con precisión de cirujano, las ganas extendiéndose por las sábanas.
Urgidos por un anhelo primitivo e insaciable, sus sexos se encontraron y el universo estalló en trillones de galaxias empapadas de gotas de sudor, capaces de albergar la vida.
Y a pesar de que esa noche, ella, él, simplemente ellos, no querían destapar ese pequeño frasco de gozo, el deseo pudo más. Juntos rodaron hasta más allá del único lugar donde no existe la muerte, ese donde los gemidos se convierte en luceros capaces de alumbrar a las almas perdidas. Ella, en su cuerpo. Él, en el de ella.

Deja un comentario

Publicación anterior: « Presentación en Feria del Libro de Cádiz 2016
Publicación siguiente: Vamos a contar mentiras, pero en bonito »

Interacciones con los lectores

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Usamos cookies para mejorar tu experiencia de navegación. Si estás de acuerdo pulsa aceptar. AceptarRechazar Saber más
Privacidad y política de cookies

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necesarias
Siempre activado

Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.

No necesarias

Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.