«Después de la resaca del fin de año, comienza el 2018 lleno de buenos deseos. Aunque, como se encargó de recordarme un buen amigo: el año empieza con los mismos obstáculos con los que terminó el anterior. Reconociendo esta obviedad, y, seguramente, transida aún por el espíritu navideño, estoy convencida de que esto, lejos de desanimarnos, debe servir para redoblar nuestros esfuerzos. Porque está en nuestra mano, si no cambiar el mundo, sí al menos cambiar la pequeña parcela que habitamos para hacerla más humana, más justa, más solidaria. Y tenemos mucho poder para hacerlo, solo que, la mayoría de las veces, lo ignoramos. «. Leer artículo.
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