El pasado domingo, escuchando en el programa A vivir que son dos días a Óscar Alarcia, escritor y experto en teorías conspiratorias, como la de la tierra plana, me preguntaba cómo era posible que después de tantas evidencias científicas que demuestran que la tierra es redonda, haya gente que crea a quienes afirman lo contrario. ¿De qué te extrañas?, me responderás tú, abuela. ¿Cuánto tiempo llevas preguntándote cómo una masa de electores pertenecientes a las clases más deprimidas en los EEUU puede votar a Trump? ¿Cómo en Alemania, a pesar del exigente proceso de revisión histórica que hicieron tras las II Guerra Mundial, un partido nacionalista y xenófobo como ‘Alternativa para Alemania’ ha atraído, incluso, los votos de la izquierda? ¿Cómo una buena parte de la ciudadanía española, tras conocer los casos de corrupción del PP, sigue apoyando este partido e, incluso, otorgándole un plus de credibilidad a raíz de su posición en el conflicto catalán? Leer artículo.
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