Las mujeres sostienen la mitad del mundo. A pesar de ello, su reconocimiento social es ínfimo. A veces, el personal, también.
Conforme escribía ‘Viaje al centro de mis mujeres’ y construía el pasado de nuestras protagonistas, se afianzaba el convencimiento de que la gran mayoría de las mujeres que nos precedieron: nuestras madres, abuelas, madrinas, tías… tuvieron que soportar una existencia muy dura, llena de prejuicios, imposiciones y culpas.
Fueron mujeres transparentes, eternas Sísifos condenadas a arrastrar la parte más pesada de la existencia. Mujeres que, tal vez, no pudieron ni siquiera decidir a quién amar o qué ser en la vida. Mujeres que vivieron siempre pendientes de los demás, desatendiendo sus propios deseos, enterrando sus propios sueños para dar vida a los ajenos. Heroínas que soportaron su suerte sin rechistar, a la sombra, cuando no tristemente sometidas, de un hombre: el padre, el marido, el hermano…
También hubo otras que rompieron las reglas, que se negaron a interpretar el guión que había sido escrito para ellas, que se enfrentaron a lo establecido y buscaron su propio camino. Por desgracia, aunque su elección siempre mereciera la pena, muchas de ellas tuvieron que pagar un alto coste por su osadía.
Así fueran cenicientas confinadas entre las cuatro paredes del hogar o heroínas transgresoras que rompieron moldes, todas nos allanaron el camino a las que llegamos después, a los que llegasteis después. Mujeres humildes, luchadoras y sabias que nos enseñaron lo que a su vez aprendieron de la vida. Mujeres cuyas historias se borrará de la faz de la tierra cuando el último que las recuerde pase a ser el recordado. Mujeres que se convertirán en sombras que se deshacen con las primeras luces del alba…
Por eso, para que no se borre su rastro, quiero salvar su recuerdo en el ‘Memorial a ellas’. Este espacio es un homenaje a ellas, un intento de nombrarlas, de visibilizarlas, porque como decía mi querida y llorada amiga Concha Fernández: ‘lo que no se nombra no existe’.
Gracias, mis queridas y valiosas mujeres.