Evora es una hermosa ciudad del Alentejo portugués que conserva sus edificaciones medievales en perfecto estado. Tras su paso por Monsaraz, nuestras protagonistas llegan a esta coqueta ciudad de calles empinadas y sinuosas, cuyo patrimonio arquitectónico y artístico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Uno de los lugares más misteriosos, y un pelín macabro, que se puede visitar allí es la llamada ‘Capela de los Ossos’, un enorme osario en cuya puerta reza esta frase: Nós ossos que aquí estamos pelos vossos esperamos (nosotros, los huesos que aquí estamos, a los vuestros esperamos). Una frase para pensar, que a Lola, que últimamente piensa mucho, demasiado, no puede por menos que inquietar…
La Capilla de los Huesos es una pequeña estancia, anexa a la iglesia de San Francisco, cuyas paredes están construidas con los huesos humanos descubiertos tras el terremoto de Lisboa, que afectó también a Évora. Sentir que estás rodeada de cráneos, fémures y tibias no es especialmente agradable, y menos en mis circunstancias, con la muerte de Samuel rondando permanentemente por mi cabeza. Incapaz de seguir soportando el olor a moho y humedad que allí se respiraba, dejé al guía contando las vicisitudes por las que ese enorme osario había atravesado a lo largo de los siglos. Salí al claustro y allí me senté en un escalón, bajo los arcos de la galería, a esperar a mi prima. Cerré los ojos. Un dulce aroma a quietud me envolvió…
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