La ‘Tacita de plata’ como llaman a esta ciudad luminosa y alegre es el punto de partida de nuestra historia. Cádiz, la ciudad más antigua de Occidente, la que vio nacer la primera Constitución española, la que se deja acariciar por las olas, la ciudad del buen vivir…
A pesar de sus encantos y tal vez condicionada por su madre, Lola mantiene una extraña relación de amor y odio con Cädiz. Por un lado admira su belleza: la Caleta ‘donde se ven los atardeceres más hermosos del planeta’ como le insiste a Mauricio; la Catedral, ‘la eterna’, porque nunca llegó a concluirse; el mercado de Abastos; la Plaza de España donde se erige el monumento a la Constitución de 1812; sus pintorescos barrios de la Viña, el Pópulo o Santa María…, pero por otro, se siente muy frustrada al ver la indolencia con la que sobrevive, su falta de alternativas para los jóvenes, su chauvinismo y, sobre todo, su incapacidad para buscar un destino que la saque de la crisis secular que padece.
Pero si para algo sirven los viajes, además de para ampliar horizontes, es para aquilatar las cosas que dejamos al partir. Por eso, a su vuelta, en sus largas caminatas, en sus largos paseos Lola comienza a ver la ciudad con otros ojos: ‘…esa actividad solitaria, amenizada por la música de Luz Casal, de Lito Vitale o de Michel Camilo que llevaba grabada en el móvil, me ayudó a hacer las paces con una ciudad que mi madre detestaba y que yo, en cambio, cada día apreciaba más. Salía de casa alrededor de las siete de la tarde y, bordeando el Paseo Marítimo y el Campo del Sur, llegaba hasta la Caleta. Allí me detenía a contemplar la puesta de sol (…) En mis paseos, solía cruzarme con jóvenes extranjeros que habían escogido Cádiz como destino del programa Erasmus. Sus ropas estrambóticas, sus pelos rubios y sus lenguas foráneas conferían a la ciudad un cierto aire cosmopolita…’
Hay unas horas del día en las que me siento en mi nirvana particular, hasta ahora dedicándolas a estar al día en los acontecimientos que nos rodean, que desafortunadamente no suelen ser muy gratos. Me alegro de tener acceso a tu pluma porque seguro me va a emocionar. Así que recibe abrazos de colores para que nunca te falte la energía bonita.
Hola Pilar. No sabes cuánto te agradezco que me consideres un ‘acontecimiento grato’ en ese nirvana particular del que disfrutas. No sé si lo que escriba te va a emocionar o no, pero desde luego está volcado desde el corazón, único lugar en el que creo que habitan las cosas que merecen ser escritas.
Escribir siempre ha sido mi pasión desde que me enseñaron a juntar las letras y paseaba de la mano de mi tata leyendo los nombres de las calles y los letreros de los establecimientos. Entonces, como ahora, me maravillaba pensar que una sucesión de letras podía servir para expresar todo lo que bullía dentro que, sin pensarlo, empecé a escribir y… hasta hoy.
Espero que te guste lo que escriba. No obstante, se aprende del error, de parir cosas imperfectas que se van perfeccionando con la opinión de otros. Por ello, te ruego que seas crítica (constructiva y cariñosa, eso sí, jejeje) con lo que leas de mi. Eso me ayudará más que la adulación fácil.
Y para terminar te pido un favor. Ya habrás visto el espacio memorial a ellas del blog y sabes de qué va. ¿Quisieras incluir a alguna mujer valiosa para ti? Conociendo tu faceta de mujer comprometida estoy segura que debe haber alguien por ahí que merezca la pena ser recordada. Anímate y envíame una foto y alguna reseña de su vida y de por qué fue importante para ti. Estoy segura que esa mujer se va a sentir muy a gusto con el resto de mujeres incluidas en ese memorial. Y muy feiz de que una descendiente la recuerde con orgullo.
Un beso muy fuerte
Sencillamente magnífico Ali. Sabes llegar al corazón de la gente a través de tu pluma y de tu persona. Es una suerte conocerte y compartir contigo momentos y vivencias. Y este sentimiento con el que muchos nos identificamos, sólo lo pueden conseguir seres geniales como tu.
Un beso grande y suerte compañera.
( ya he reservado el libro)
Querida amiga. Te agradezco en el alma lo que me dices. Sé que no eres el todo objetiva (el cariño nubla el entendimiento, jejeje), pero eso no resta un ápice de valor a tus palabras. Y si tengo algún punto de genialidad, es, en parte, gracias a la gente que me rodea, la que me aporta la experiencia que llevo en mi mochila vital, la que me anima y cree en mi, de la que aprendo, a la que admiro y con la que quiero estar (las otras, cerca ya de los cincuenta, procuro mantenerla lo más alejada posible de mi vida). Y tu eres una de esas personas. Tu ejemplo me guía también. Un beso muy fuerte. Seguimos juntas este camino.