La novela transcurre en entre la Navidad del 2012 y la primavera del año siguiente. España lleva sumida desde hace más de cuatro años en una profunda crisis económica que ha provocado una tasa de paro el 21%, que se eleva al 43% entre los jóvenes. El retroceso de los salarios, el aumento de la precariedad laboral, la presión hipotecaria sobre las familias y los recortes del estado del bienestar impuestos por la Unión Europea han arrastrado a la población a una situación de verdadera crisis humanitaria.
Mientras, los rescates bancarios, que le cuestan a la ciudadanía miles de millones de euros y a los trabajadores del sector, miles de empleos, se suceden en total impunidad…
El profundo descontento social por las consecuencias de la prolongada crisis que vive el país, lleva a la ciudadanía a protagonizar una oleada de protestas desde el año 2011 de la mano de colectivos como Anonymous, NoLesVotes, Juventud Sin Futuro o ATTAC, que confluirán en el llamado Movimiento 15 M o de los Indignados al que pertenece Sara.
El problema de los desahucios es otra importante lacra social que se agudizó desde que comenzara la crisis allá por el 2008. Cuando Lola recibe la noticia del suicidio de Samuel, un cliente cuyo desahucio ella había gestionado meses antes, se calcula que en España cerca de 171.000 personas habían sido expulsadas de sus hogares.
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